Arteaga: “A King Carlos Juan casi lo devuelven”

CARACAS.- “Tras la suspensión del Clásico Simón Bolívar, el ejemplar estaba llegando de los trabajos con los músculos contraídos, como encalambrado. No obstante, poco a poco lo fue superando.

Decidimos correr el magno evento lógicamente con muchas dudas. En el Clásico no rindió lo esperado. Ni siquiera salió a pelear la punta. No fue el mismo caballo. Una vez disputada la prueba sus propietarios y yo decidimos no ir a Puerto Rico, ya que no íbamos a llevarnos un caballo con muchos problemas. Parecía una estatua de bronce. No se movía.  Tres días antes del viaje el ejemplar caminaba en el picadero y su actitud era otra. Prácticamente me estaba retando. ‘Me siento bien, llévame, dame la oportunidad de ir que yo puedo’. Y así, a última hora, decidimos anotarlo.

A su llegada a Puerto Rico casi lo devuelven por falta de algunos permisos. Gracias a la ayuda del doctor Hugo Albarrán y Lionel Muller se pudo conseguir el papeleo que hacía falta. Las primeras noticias que recibí de la cuarentena fueron duras. Yo hablaba a diario con el ‘Chileno’ (José Flores) y me decía que le había pegado mucho el viaje, que estaba tirado en el puesto acostado. 
No se paraba a comer. Estaba muy triste. Siento que la labor del doctor Julio Lobo fue vital. A punta de sueros, reconstituyentes y analgésicos logró salir adelante al cuarto día.

Una vez en la pista pensaba que su mal genio lo había dejado en Caracas. Pero qué va, cada 200 metros detenía el trabajo. Incluso en una ocasión ejercitó apareado con Manún y, tras superarla, se paró en seco y tiró al ‘Chileno’ por encima. Perdí la paciencia y le dije al Pony Boy: Traiga ese caballo, se viene en una carrera endemoniada y lo suelta en los 500 metros, a ver si va a querer detenerse.
Después de eso, el caballo comenzó a colaborar y llegó el momento de la carrera. Su actuación en el Confraternidad reflejó la hidalguía y gallardía de este gran ejemplar